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Facultad
de Teología de la USTA/Asignatura: Patrología
Seminarista:
Michael Daniel Cuevas
Bogotá:
22 de mayo de 2015.
Teología
de Ambrosio de Milán.
Ambrosio había
nacido en Tréveris de las Galias (Trier), probablemente a comienzos del 339. Su
padre era el prefecto del pretorio de las Galias y administraba en lo civil
buena parte de la mitad occidental del Imperio. Su madre, al enviudar pocos
años después, vuelve con sus hijos a Roma. Ambrosio recibió la educación
habitual para un caballero romano de su tiempo. El preceptor escogido para
completar su instrucción en la religión cristiana fue probablemente el mismo
presbítero Simpliciano al que años después rogó que viniese a Milán para prepararle
al bautismo y ordenación.
Ambrosio es
elegido gobernador de la provincia de Emilia-Liguria, con sede en Milán. En
esta ciudad estaba un obispo arriano llamado Auxencio que había nombrado
Constancio, para derrocar al obispo ortodoxo que tenía esta sede, cuando muere
Auxencio no se conseguía un sucesor y los Cristianos Ortodoxos como los
Cristianos arrianos se disputaban el cargo, pero después de un discurso
pronunciado por Ambrosio para calmar al pueblo, es proclamado obispo por el
propio pueblo que le obliga asumir la sede de Milán, que era la única sede
metropolitana al norte de Italia.
Ambrocio se
dedicó después de su elección a estudiar teología para ello convoco al
Presbítero Simpliciano, que luego fue su sucesor, Su aprendizaje exegético lo
hace en los comentarios escriturísticos de Filón (por eso se le llamó Philo
latinus) y Orígenes.
Como teólogo en
dogmática y moral, pese a su temperamento práctico, no especulativo, opta por
los grandes teólogos griegos contemporáneos: Basilio, Gregorio Nacianceno,
Dídimo el Ciego, Cirilo de Jerusalén y Epifanio. Se
muestra más personal en su teología práctica. Como Tertuliano, pero ajeno a su
extremismo, tendía a interpretar el cristianismo en términos jurídicos. Sin
embargo se nota que Ambrosio, a pesar de su legalismo, era también un místico.
Sus obras
propiamente dogmáticas son sólo tres. El Defide ad Gratianum fue escrito a
petición del joven emperador Graciano. Da muestra de una visión simplificadora
y carente de toda percepción del desarrollo histórico al estimar que el
arrianismo consiste en una única e idéntica herejía.
En su debate
con los arríanos latinos, fieles al esquema rígido Logos-sarx, Ambrosio tuvo
éxito donde habían fallado sus máximos maestros griegos, ya que poseía, como
herencia de la cristología de Tertuliano, un claro esquema cristológico del tipo
Verbum-homo. Desarrolló en consecuencia una teología de la humanidad perfecta
de Cristo y pudo fundar sobre ella una exégesis de las dos naturalezas que
resultó ser un arma devastadora para el apoyo bíblico tradicional del
arrianismo. Condensó también los resultados del debate oriental sobre la
divinidad del Espíritu Santo en su De Spiritu Sancto.
Sus escritos
pastorales translucen la tarea del obispo en la catequesis de catecúmenos y
neófitos, la reintegración de los pecadores arrepentidos en la comunidad y la
disciplina del clero. Puede estudiarse el contraste de los escritos editados
con los sermones originales en los que fueron recogidos taquigráficamente por
oyentes. Es el caso del De sacramentis y de la Explanatio symboli ad
initiandos, una catequesis en una de las etapas claves del catecumenado.
Tanto el De
mysteriis como el De sacramentis son instrucciones dadas a los neófitos.
El
De paenitentia es una refutación del rigorismo de los novacianos, que no ponían
término a la penitencia que imponían a los culpables de pecados graves y los
mantenían apartados de la comunión. El De officiis
ministrorum está dedicado a su clero. Inspirado en el De officiis de Cicerón,
sustituye la moral estoica (antropocéntrica) por la cristiana.
Fue un
entusiasta del ideal ascético con panegíricos de la virginidad y de la
continencia. El De virginibus y el De viduis son significativos de sus tratados
ascéticos. La virginidad es para él una virtus principalis, una virtud nueva,
germinada de la Encarnación del Verbo, que hace partícipe a la humanidad de la
integridad divina.
Ambrosio
introduce en Occidente el canto antifonario, en que todo el pueblo cantaba al
unísono.
Como era de
esperar de sus cualidades y formación retórica, alcanzaron renombre sus
oraciones fúnebres. La más sentida, la de su hermano Sátiro. La de los
emperadores Graciano y Valentiniano II no fueron sólo de circunstancias. La del
emperador Teodosio (395) vino a ser su testamento político. Ambrosio muere el
4-12-397.
Referencias
Bibliográficas:
Trevijano R,
“Patrología” editorial Biblioteca de Autores Cristianos, Primera Edición,
Madrid 1994.
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