viernes, 9 de octubre de 2015

San Gregorio de Nisa.


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Facultad de Teología de la USTA/Asignatura: Patrología
Seminarista: Michael Daniel Cuevas
Bogotá: 16 de Abril de 2015.
Teología de los Padres Capadocios- San Gregorio de Nisa.
Gregorio de Niza, nació hacia el año 335, su educación corrió a cargo de su hermano mayor, este no fue un extraordinario predicador, ni administrador como sus pares Basilio y el otro Gregorio, pero como teólogo fue el mejor dotado de los tres capadocios, en el 371 Basilio le nombran obispo del pueblo de Nisa, le acusaron de malversar los fondos de la Iglesia, y un sínodo convocados por los obispos arrianos lo depusieron de su sede, después de la muerte del emperador Valente, el regreso a su diócesis, un año más tarde asiste al sínodo de Antioquía y lo envían de revisor a la diócesis del Ponto, estando en la misión fue elegido Arzobispo de Sabaste en 380. Luego en el concilio de Constantinopla en el año 381, tomo un importante desempeño junto al otro Gregorio, muere probablemente en el año 385.
La teología del Espíritu Santo de Gregorio de Nisa, que da razón no sólo del origen propio del Espíritu respecto del padre, sino también de su vínculo de intimidad con el hijo. Gregorio alcanzó un conocimiento de las diferencias personales en Dios tal, que pudo contemplar como ningún otro autor del s. IV el misterio de la Trinidad en la simplicidad de su ser, en la unidad de su naturaleza, en el orden de sus Personas, y en la comunión interpersonal del Padre, Hijo y Espíritu, como existentes uno en el otro.
La frase primera es el punto de partida de la teología trinitaria del Niseno: existe distinción de hipostasis en la unidad de la naturaleza divina. Esta distinción se fundamenta en la vida íntima de Dios, que es espíritu. Gregorio comienza la descripción de la vida divina con un fácil juego de palabras: Dios no es un ser alógico, luego tiene un logos. Esta argumentación era ya tradicional. El logos divino no puede ser caduco como el nuestro, sino subsistente; debe poseer todos los atributos que corresponden a la divinidad, pues la simplicidad e infinitud divinas impiden que algo perteneciente a Dios se encuentre limitado. Y continua el Niseno en Dios no hay nada inconsistente; así pues, ni el verbo ni el Espíritu carecen de consistencia, es decir, no son an-hypostaton, sino subsistentes que se distinguen entre sí precisamente por su procedencia. Gregorio de Nisa evocando a Jn 14,6, recalca que el verbo no participa de la vida, sino que Él es la vida.
Entiende el Niseno que la distinción viene dada por las relaciones inmanentes que mantienen entre sí como consecuencia de su procedencia. Sólo estas relaciones distinguen a las personas entre sí; las tres actúan siempre conjuntamente, cada una conforme a su característica personal. Esto lleva a tratar a Gregorio la cuestión de la existencia de número en Dios. Él llama a esto un misterio inefable, pues no es posible decir, cómo lo mismo está numerado y escapa a toda numeración; cómo se considera dividido y es una sola cosa; como es distinto en hipóstasis y no está dividido en sustancia, aunque el Verbo y el Espíritu son distintos.
Al respecto de la precedencia de Espíritu Santo, el Niseno retoma la denominación del Espíritu como soplo de Dios. Existe en Dios, argumento Gregorio, un pnuma de igual forma que existe en Él un Logos. La Palabra divina no se desvanece una vez pronunciada; tampoco el aliento que acompaña a esa Palabra puede ser considerado como el aliento de la respiración, sino como una fuerza sustancial con subsistencia propia. La imagen del hálito en el que va envuelta la palabra al ser pronunciada permite a Gregorio subrayar la simultaneidad de las procesiones del Hijo y del Espíritu, propia de la eternidad; el decir que el Hijo tiene cierta mediación en la procesión del Espíritu le facilita dar razón del orden trinitario: por qué razón el Espíritu Santo es la tercera Persona y nunca se le puede considerar como la segunda.
Referencias Bibliográficas:
J. Quasten, “Patrología II, La edad de oro de la literatura patrística griega”, Editorial Biblioteca de Autores Cristianos, Tercera Edición, España-Madrid 1986.
L. Mateo-Seco, “Dios uno y Trino” editorial EUNSA, Tercera Edición, Pamplona 2008.
C. Izquierdo, J. Burggraf y F. Arocena,“Diccionario de teología” Editorial EUNSA, Primera Edición, Pamplona 2006

 J. Sayés, Comprender la Trinidad, San pablo, Madrid 2013.

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