viernes, 9 de octubre de 2015

Teología de Hilario de Poitiers.


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Facultad de Teología de la USTA/Asignatura: Patrología
Seminarista: Michael Daniel Cuevas
Bogotá: 22 de Abril de 2015.
Teología de Hilario de Poitiers.
Se calcula que naciera a principios de los siglos IV, y que ocupara la sede de su ciudad natal para el año 350. Era originario de una familia pagana, hace cristiano iluminado por la lectura de la biblia y cansado de una vida que estaba dedicada a satisfacer los placeres, aparece por primera vez en el sínodo de los obispos de occidente celebrado en Béziers en el 356, en este concilio se condenó a Atanasio, Hilario no estuvo de acuerdo y los arrianos también lo depusieron y lo exiliaron a Frigia. Estos años de exilio en el oriente fueron muy importante para la formación de Hilario, aquí conoció las obras de los cristianos de oriente en lengua griega, en especial a Orígenes, que ejerció una profunda influencia en su pensamiento. Según falleció en el año 367
Contemporáneo de Atanasio y de Mario Victorino y con ellos partidario del símbolo niceno, Hilario elaboro una teología trinitaria original, su novedad es la total adherencia al dato bíblico, la orientación tradicional y la posición moderada antisabeliana y antiarriana lo acerco a los homeousianos.
Lo esencial de su doctrina, quisiera decir que el punto de partida de la reflexión teológica de Hilario es la fe bautismal. En el De Trinitate, Hilario escribe: Jesús mandó bautizar “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Cf. Mateo 28,19), es decir, confesando al Autor, al Unigénito y al Don. Sólo hay un Autor de todas las cosas, pues sólo hay un Dios Padre, del que todo procede. Y un solo Señor nuestro, Jesucristo, por quien todo fue hecho (1 Corintios 8,6), y un solo Espíritu (Efesios 4,4), don en todos... No puede encontrase nada que falte a una plenitud tan grande, en la que convergen en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo la inmensidad en el Eterno, la revelación en la Imagen, la alegría en el Don (De Trinitate 2, 1).
Hilario usa los temas tradicionales de Cristo, logos, sabiduría y potencia, dejando claro la subsistencia de la palabra divina. También elabora una premisa muy importante sobre la Imagen: Cristo es Imagen viva y verdadera de Dios. La teología trinitaria de Hilario se asienta en una novedad Bíblica, para rebatir la afirmación arriana de la divinidad exclusiva del Padre, Hilario construye una compleja demostración sostenida por numerosos pasajes del Antiguo testamento, en los que la unidad de la naturaleza y la distinción de las personas comparecen una y otra vez si anularse. Con el nuevo testamento Hilario hará lo mismo, para demostrar la unidad y distinción entre el Padre y el Hijo recurriendo a numerosos pasajes bíblicos.
Hilario aclara, y en términos muy explícitos, que la generación no comporta en el hijo posterioridad cronológica respecto al Padre: el Hijo es eterno, siempre Hijo, Pues ha nacido de una generación intemporal, incomprensible para nosotros que sumergidos en el tiempo no somos capaces de concebir y definir lo intemporal y eterno sin recurrir a categorías necesariamente temporales; el Hijo es tan divino como el Padre afirmará Hilario.
Hilario propone su teoría sobre el cuerpo humano de Cristo; cuerpo real; pero celestial, carente de imperfecciones, capaz de sentir la fuerza de la pasión, pero no el dolor; es decir, una concepción no exenta de un cierto sesgo doceta.
Referencia bibliográfica

Instituto Patrístico Augustinianum, “Patrología III, la edad de oro de la Literatura Patrística latina”, Editorial BAC, Madrid-981.

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