viernes, 9 de octubre de 2015

Teología de Ambrosio de Milán.


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Facultad de Teología de la USTA/Asignatura: Patrología
Seminarista: Michael Daniel Cuevas
Bogotá: 22 de mayo de 2015.
Teología de Ambrosio de Milán.
Ambrosio había nacido en Tréveris de las Galias (Trier), probablemente a comienzos del 339. Su padre era el prefecto del pretorio de las Galias y administraba en lo civil buena parte de la mitad occidental del Imperio. Su madre, al enviudar pocos años después, vuelve con sus hijos a Roma. Ambrosio recibió la educación habitual para un caballero romano de su tiempo. El preceptor escogido para completar su instrucción en la religión cristiana fue probablemente el mismo presbítero Simpliciano al que años después rogó que viniese a Milán para prepararle al bautismo y ordenación.
Ambrosio es elegido gobernador de la provincia de Emilia-Liguria, con sede en Milán. En esta ciudad estaba un obispo arriano llamado Auxencio que había nombrado Constancio, para derrocar al obispo ortodoxo que tenía esta sede, cuando muere Auxencio no se conseguía un sucesor y los Cristianos Ortodoxos como los Cristianos arrianos se disputaban el cargo, pero después de un discurso pronunciado por Ambrosio para calmar al pueblo, es proclamado obispo por el propio pueblo que le obliga asumir la sede de Milán, que era la única sede metropolitana al norte de Italia.
Ambrocio se dedicó después de su elección a estudiar teología para ello convoco al Presbítero Simpliciano, que luego fue su sucesor, Su aprendizaje exegético lo hace en los comentarios escriturísticos de Filón (por eso se le llamó Philo latinus) y Orígenes. 
Su exégesis se centra en el A.T. Quizás porque éste reclamaba más una explicación cristiana y por las muchas dificultades que su lectura suscitaba en» la Iglesia. Su obra exegética más amplia está dedicada al Hexámeron. Es difícil discernir si algunos de los tratados que publicó no fueron primero sermones. Entre su producción exegética sobre el N.T. destacaremos su Expositio in Lucam, una serie de homilías agrupadas, revisadas y editadas como comentario.
Como teólogo en dogmática y moral, pese a su temperamento práctico, no especulativo, opta por los grandes teólogos griegos contemporáneos: Basilio, Gregorio Nacianceno, Dídimo el Ciego, Cirilo de Jerusalén y Epifanio. Se muestra más personal en su teología práctica. Como Tertuliano, pero ajeno a su extremismo, tendía a interpretar el cristianismo en términos jurídicos. Sin embargo se nota que Ambrosio, a pesar de su legalismo, era también un místico.
Sus obras propiamente dogmáticas son sólo tres. El Defide ad Gratianum fue escrito a petición del joven emperador Graciano. Da muestra de una visión simplificadora y carente de toda percepción del desarrollo histórico al estimar que el arrianismo consiste en una única e idéntica herejía.
En su debate con los arríanos latinos, fieles al esquema rígido Logos-sarx, Ambrosio tuvo éxito donde habían fallado sus máximos maestros griegos, ya que poseía, como herencia de la cristología de Tertuliano, un claro esquema cristológico del tipo Verbum-homo. Desarrolló en consecuencia una teología de la humanidad perfecta de Cristo y pudo fundar sobre ella una exégesis de las dos naturalezas que resultó ser un arma devastadora para el apoyo bíblico tradicional del arrianismo. Condensó también los resultados del debate oriental sobre la divinidad del Espíritu Santo en su De Spiritu Sancto.
Sus escritos pastorales translucen la tarea del obispo en la catequesis de catecúmenos y neófitos, la reintegración de los pecadores arrepentidos en la comunidad y la disciplina del clero. Puede estudiarse el contraste de los escritos editados con los sermones originales en los que fueron recogidos taquigráficamente por oyentes. Es el caso del De sacramentis y de la Explanatio symboli ad initiandos, una catequesis en una de las etapas claves del catecumenado.
Tanto el De mysteriis como el De sacramentis son instrucciones dadas a los neófitos. El De paenitentia es una refutación del rigorismo de los novacianos, que no ponían término a la penitencia que imponían a los culpables de pecados graves y los mantenían apartados de la comunión. El De officiis ministrorum está dedicado a su clero. Inspirado en el De officiis de Cicerón, sustituye la moral estoica (antropocéntrica) por la cristiana.
Fue un entusiasta del ideal ascético con panegíricos de la virginidad y de la continencia. El De virginibus y el De viduis son significativos de sus tratados ascéticos. La virginidad es para él una virtus principalis, una virtud nueva, germinada de la Encarnación del Verbo, que hace partícipe a la humanidad de la integridad divina.
Ambrosio introduce en Occidente el canto antifonario, en que todo el pueblo cantaba al unísono.
Como era de esperar de sus cualidades y formación retórica, alcanzaron renombre sus oraciones fúnebres. La más sentida, la de su hermano Sátiro. La de los emperadores Graciano y Valentiniano II no fueron sólo de circunstancias. La del emperador Teodosio (395) vino a ser su testamento político. Ambrosio muere el 4-12-397.

Referencias Bibliográficas:
Trevijano R, “Patrología” editorial Biblioteca de Autores Cristianos, Primera Edición, Madrid 1994.


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